IGLESIA CONVENTUAL DE LA VICTORIA
Este templo formaba parte del convento erigido en el año 1639 por la orden franciscana de los Mínimos de la Victoria sobre las casas que recibieron en donación de doña Juana Tomé, viuda del capitán Gonzalo Rodríguez Cascos, en el año 1633.
El templo es sencillo y austero, de una sola nave de planta rectangular con cubierta de bóveda de medio cañón y tejado a dos aguas al exterior; el presbiterio y altar mayor se cubre igualmente con cúpula y tejado a cuatro aguas al exterior.
En 1770 el edificio es ampliado y se le añade la actual torre campanario. Como elemento arquitectónico más destacado hay que señalar su portada barroca, enmarcada por pilastras sobre cuyo dintel se sitúa el escudo de esta orden franciscana.
En esta iglesia recibieron sepultura durante los siglos XVII y XVIII importantes personajes relacionados con la Real Armada y la Carrera de Indias, caso de don Honorato Bonifacio Papachino, almirante de la Real Armada y Gobernador de la Armada de Flandes, en el año 1696 o el tratadista y constructor naval cordobés don Francisco Antonio Garrote, almirante de la Flota de Indias, en 1705.
En su interior este templo conserva el mejor conjunto escultórico conocido de la genial imaginería barroca sevillana Luisa Roldán “La Roldana”, las magníficas tallas de Nuestra Señora de la Soledad, el Cristo Yacente y el San Francisco de Paula, todas ellas realizadas en el año 1688.
Actualmente son titulares de la Cofradía de Penitencia de Nuestra Señora de la Soledad, Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo y San Francisco de Paula. Además hay que destacar otras obras de interés como un Jesús Cautivo del escultor genovés Jácome Bacaro y una Inmaculada Concepción realizada por el escultor valenciano Ignacio Vergara Gimeno, ambas de mediados del siglo XVIII.
El antiguo convento queda adosado al lado izquierdo de la iglesia y conserva en parte su tipología original con patio central alrededor del cual se distribuían las instalaciones conventuales, situándose en los pisos superiores las diversas estancias de los frailes.
Tras la desamortización del siglo XIX en el antiguo convento se instalará el Hospital de la Misericordia, siendo éste asistido desde el año 1882 por la Congregación de Hermanas Carmelitas de la Caridad.
